MAS I USÓ, PASQUAL
Que los maten a todos era la frase que le amaraba los recovecos más recónditos del cerebro y que, hasta el repentino día de su muerte, ya no pudo borrar del recuerdo. Que liquiden a toda la familia. Deberían matarlos a todos. Que no quede ni la semilla. Toda la familia debe de ser igual? En cada cara una boca, en cada boca una lengua y en cada lengua una afirmación que jamás desaparecería del pensamiento. Carme, de carácter recto pero alegre cuando era necesario, acostumbrada a sacar la casa adelante por la temprana muerte de su madre, todavía no llegaba a la treintena y se tenía que tragar el orgullo mientras veía cómo se llevaban a su hermano esposado y escoltado por la Guardia Civil camino del cuartelillo.